¿Qué es el movimiento Residuo Cero (y cómo caminar hacia él).
Imposible comenzar un nuevo blog para Usar y Reusar, nuestra tienda online residuo cero, sin explicar qué es el movimiento residuo cero. No queremos dar nada por sabido así que, ¡allá vamos!
También conocido por su nombre en inglés, zero waste, es un término que hace unos cuantos años era totalmente desconocido y hoy, ¡vaya si lo escuchamos!
En las noticias, en mensajes publicitarios de pequeñas y grandes empresas, en campañas de servicios públicos, como hashtag de moda en Instagram y también como parte del nombre de infinidad de perfiles en redes sociales, blogs y más.
Pero, ¿sabemos realmente de qué hablamos cuando decimos “residuo cero”?
Hacia una definición del residuo cero o zero waste
No sé cuándo fue la primera vez que me fijé en el término. Si recuerdo, en cambio, que más que preguntarme “¿qué es eso del zero waste?” pensé, directamente: “Es algo imposible”.
Y es que siempre he creído que es un nombre mal escogido. Porque jamás produciremos “cero residuos”. Biológicamente expulsamos residuos desde que nacemos, hasta que morimos (cuando, literalmente, somos residuo.
Hasta los árboles producen residuos, al menos si nos quedamos con estas acepciones de la RAE:
Residuo
Del lat. residuum.
1. m. Parte o porción que queda de un todo.
2. m. Aquello que resulta de la descomposición o destrucción de algo.
Producir residuos y que estos se descompongan para alimentar a otros organismos es parte del ciclo de vida.
El problema empieza cuando los residuos que generamos se convierten en basura.
Y esto pasa básicamente por dos razones principales:
- Porque generamos demasiados residuos en un mismo lugar y la naturaleza no puede gestionarlos al mismo ritmo.
- Porque generamos residuos no biodegradables y difíciles de convertir en recursos. Como los plásticos, esos derivados del petróleo que nos inventamos y que estimamos que no desaparecen ni en cientos de años.
Entonces, realmente, el problema no está en generar residuos, sino en acumularlos sin aprovecharlos de alguna forma.
Aquí es cuando se convierten en basura y comienza el verdadero problema.
Por eso es que seguramente deberíamos estar hablando de “cero basura” en lugar de “cero residuo”. Es algo que ya hace unos años señalaba mi amiga Mariana Matija, autora entre muchas otras cosas del blog Animal de Isla.
Pero mira por dónde, el término que se ha popularizado es este, residuo cero.
Es el que se maneja en muy distintos niveles y el que nos permite llegar a más personas con nuestro mensaje. Así que nos toca adaptarnos a él.
¿Y entonces, qué quiere decir “residuo cero”, tal como lo entendemos hoy?
Residuo cero es un movimiento que busca que todo residuo generado pueda ser gestionado como un recurso, aprovechándose de alguna forma, o, lo que es lo mismo, que buscar evitar que los residuos sean destinados al vertedero o queden abandonados en medio de la naturaleza.
Por eso es un concepto que viene de la mano de la economía circular y que necesita estar respaldado por:
- Un diseño eficaz de los productos, previendo el final de su vida útil desde el momento del diseño. Esto implica diseñar productos de calidad, reparables, y que además eran reciclables.
- Un consumo razonable de los recursos, porque no hay forma de evitar la acumulación de residuos si seguimos aumentando nuestro consumo de manera exponencial. Hace falta consumir menos y valorar más aquellos productos que consumimos.
- Un sistema de reciclaje igual de eficaz, capaz de gestionar correctamente nuestros residuos.
Es decir,
¿Cómo “alcanzar” el residuo cero?
La mayoría de las personas no estamos en posición de decidir (al menos directamente) cómo se producen los productos. No somos fabricantes ni somos legisladores; por lo tanto, no diseñamos ni los productos, ni las regulaciones sobre la producción y gestión de residuos.
Pero estamos en un punto también muy importante, ahí justo en medio de la cadena.
Porque las empresas solo producen algo si lo consumimos. Y porque muchísimas veces al día tenemos la oportunidad de decidir qué consumimos y, por lo tanto, qué desechamos. Y ahí está nuestra principal responsabilidad.
Por eso, como personas consumidoras, nuestra primera tarea en este camino hacia un mundo residuo cero está, primero, en consumir menos y mejor, y en hacer una correcta gestión de aquellos residuos que no podemos evitar.
Déjame que comparta contigo algunos consejos para llevarlo a la práctica.
10 cosas que puedes hacer para avanzar hacia el residuo cero
- Consume menos. Porque prácticamente todo producto que consumimos se convierte en un residuo cuando acaba su vida útil.
- Huye de los productos desechables y apuesta por los productos reutilizables. Usar y Reusar, como dice nuestro nombre. No tiene sentido extraer un recurso de la naturaleza, transformarlo, transportarlo de un lugar al otro del planeta una y otra vez, envasarlo, etc., para que finalmente lo usemos durante unos pocos segundos y lo desechemos enseguida. Además, hay alternativas para todo desechable: desde pajitas de acero inoxidable hasta bastoncillos ecológicos para los oídos, pasando por compresas de tela y copas menstruales de silicona y más. ¡Es cuestión de investigar! (y si tienes dudas, pregúntanos con toda la confianza).
- Compra a granel todos los alimentos que sea posible, utilizando tus propias bolsas de reutilizables tela, envoltorios reutilizables y otros contenedores, ya sea botes reutilizados de vidrio o las prácticas bolsas de silicona tipo zip.
- Si no sabes dónde hacerlo, te recomiendo consultar este maravilloso artículo que explica cómo generar menos residuos
- Cuando no puedas comprar algo a granel, evita los alimentos procesados. Si solo te orientas por esta premisa, siempre evitarás muchos residuos, además de grasas saturadas, azúcar y sal en exceso, aditivos.
- Bebe agua de grifo, aunque sea utilizando un filtro para el agua y, en general, evita el consumo de bebidas embotelladas (que además, son muy poco saludables si son azucaradas o edulcoradas). Las botellas reutilizables de acero de buena calidad serán tus mejores aliadas cuando estés fuera de casa.Compra de segunda mano siempre que sea posible. Dar una segunda vida a un objeto es evitar que un recurso se convierta en un residuo.
- Escoge productos de calidad, reparables, y que al final de su ciclo de vida puedan ser reaprovechados.
- Cuida y alarga mucho la vida de todos tus productos. Ya se trate de dispositivos electrónicos, de ropa, o de cualquier otra cosa, no sustituyas innecesariamente productos que aún estén en buenas condiciones.
- Composta los restos de alimentos. Si en tu localidad hay un sistema de recogida de residuos orgánicos, estupendo. Pero ten en cuenta que si lo haces en casa o en algún punto de compostaje vecinal como lo es Abono Km0 -un proyecto precioso-, se evita además la huella de carbono del transporte y, además, se obtiene un compost más limpio y de mejor calidad (por ejemplo en Barcelona se produce un compost lleno de residuos plásticos y más, no apto para la alimentación, debido al mal uso que se hace del contenedor de residuos orgánicos.
- Separa correctamente, en los contenedores adecuados, aquellos residuos que no hayas podido evitar generar. El reciclaje es un sistema muy deficiente aún, pero es el mejor destino de un residuo una vez han sido descartadas otras posibilidades.
Y el consejo más importante de todos: Ten siempre presente que una sola persona, por muy bien que lo haga, no podrá cambiar el mundo. Pero una ciudadanía exigente, empoderada y luchadora, es de hecho indispensable para que el cambio suceda.
Así que, cada vez que puedas, levanta la voz y exige el cambio.
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Una reflexión final
La frase anterior puede que esté muy vista, pero yo creo que es perfecta.
En cambio nuestra forma de vida es muy imperfecta así que no te tomes el esto del movimiento residuo cero como un proyecto de todo o nada
Ponernos objetivos inalcanzables nos condena al fracaso desde el mismo comienzo. Así que no tiene sentido.
Que el cero sea una referencia que te recuerda hacia dónde caminas.
Asume desde el comienzo que lo más probable es que nunca lo alcances al 100%, y proponte hacer siempre lo mejor que puedas y, además, inspirar con empatía a todas las personas posibles para que emprendan el mismo viaje.
Nosotras haremos lo que esté en nuestras manos por ayudarte a hacértelo más fácil y bonito.
Muy bien definido, nos falta cultura de cuidar y cuidarnos, esperemos que con el tiempo aprendamos.
Un saludo